Ahora no.

Las noches en que conversamos por si te mueres mientras duermes son las mejores. La desnudez le da el toque sutil de confianza que necesitamos.

Ausencia

El tiempo avanza, aunque a ratos tu ausencia me golpea con fuerza en la cara y a ratos no me deja seguir.
Pienso en los últimos momentos: no te dije feliz cumpleaños, no te dije adiós, dije cosas desagradables más de una vez... nunca dije te quiero.
Siento deseos de volver a vernos, de que sea algo trivial, como lo fue en su momento, un saludo sin importancia, quizá daría igual ese feliz cumpleaños que no te deseé, pero cada minuto juntos fue poco y lo perdimos en nada, sin conclusiones. Qué ganas de haberlo sabido y haber aprovechado mejor los momentos, de haberte abrazado más y de haberte llamado ese día.


Las memorias son borrosas, sólo desesperación y decisiones sin sentido.
Es tarde y ya no me lees, pero esto es por ti.