Helio

Nos vamos perdiendo...
¿Para qué empezar de nuevo?
Me enamoro y me enamoro, como nunca antes estuve enamorada. "La amo" me grito. Me siento completa nuevamente... me siento feliz.  

A la mañana siguiente, con una sola palabra ella es capaz de acabar todo: Me devuelve a la tierra, donde las personas se golpean las unas a las otras con ideas redundantes que tienen el intento de ser distintas; me quita la vida, esa que tanto añora y que tanto desperdicia con cada paso y cada suspiro que experimenta; me vuelve a matar, para dejarme con esa sensación amarga por la mayor cantidad de esa mentira a la que llamamos tiempo.
Ella me dice no... ella me dice no. Yo duermo pensando en su no, lloro pensando en su no, sonrío pensando en su no.
Ella vuelve a decir no... vuelve a decirlo. Yo ya no pienso, yo ya no quiero, yo ya no vivo, yo ya no deseo.
Ella me destruye, ella lo sabe y disfruta cada vez que lo hace.


Ayer te amaba... hoy muero por culpa de un no.

Sangre

La sangre corría...

Desperté llorando, la luna aún brillaba en el cielo. Toqué mi oreja en un acto instintivo, mi mano húmeda confirmó que la sangre avanzaba y se apoderaba de lo que tocaba... con el paso del tiempo el dolor se mitigaba.

Miré la soledad que me envolvía... lejos, muy lejos, había movimiento: había vida. Los gatos hacían y deshacían amparados en la oscuridad. La noche se tornaba bastante inusual... Los gatos cesaron su actividad, la soledad se unía al silencio. Después de mucho tiempo, volvía a escuchar mi respiración.

Esperé unos minutos, ya no sabía por qué estaba despierta. La sangre estaba seca, limpié los restos. Los gatos llegaron a dormir, pronto cerramos los ojos y nos dispersamos hasta que la luna volvió a abandonarnos.

Si me das a elegir.

"Si me das a elegir entre tú y ese cielo donde libre es el vuelo para llegar a otros nidos"
Si me das a elegir
Entre tú y mis ideas...
Elijo mis ideas.