Banal

Y estando borracha de tantas copas de verdades que había tomado le grité que estaba enamorada. Me miró, tuve esperanza y tal personaje de película mi mirada se clavó en ella, los segundos pasaron y el terror se apoderó de mí. Me dijo que se alegraba de que al fin lo aceptase, que después de casi un año ya era hora de que lo dijera, que me entendía y que mi hablar me había delatado ya delante de todos antes de que yo misma me enterara de lo que sucedía.

Esa noche supe lo predecible que soy y lo bueno que es deshacerse de esos secretos que se arrastran hace años.

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